La Defensoría del Pueblo de CABA en acción

El 2 de diciembre en Fotoclub Buenos Aires la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires realizaba una charla a quienes podría estar interesados acerca del "Derecho a la Imagen", presentándose en esta oportunidad un fotógrafo documentalista y un especialista en protección de datos.

Comenzaron contando cuál fue el disparador que los motivó a esta presentación y del porqué en el recinto en cuestión, lo cual me pareció una excelente idea dar a conocer esta problemática ya que, debido a lo que pude presenciar de la mayoría de los concurrentes que eran fotógrafos profesionales proclives a documentar imágenes para participar en toda clase de concursos como también quienes venden esas imágenes, sus conocimientos de legalidad eran escasos y quizá esta charla los podría motivar a investigar más sobre temas legales sobre el derecho a la imagen de los infantes.

Cabe mencionar que en esta presentación estaría también la encargada del centro de atención en niñez y adolescencia pero, según palabras de los oradores, se encontraba en ese momento en un "operativo", cosa que impedía su presencia en este evento....

Y justo la persona en quién estaba más interesado poder escucharla...

Soy de los convencidos que las casualidades no existen y ante la falta de una voz que logre amalgamar estos mundos contrapuestos (como lo son los de la fotografía documental y el derecho a la protección de datos y derechos de niños) me encontraba con toda mi experiencia ante un auditorio que desconocía los derechos de infancia, donde sus preocupaciones estaban concentradas en el derecho de autor y su marco legal. Y presentaban una visión donde si la foto no era publicada se podría decir que "no prestamos atención y no sabemos lo que está pasando" en donde "estamos construyendo concepto que con el tiempo van cambiando"...

El disparador fue una secuencia de fotos de niños en distintas situaciones donde se les consultaba al auditorio que opinaran si era lícito o no la imagen, y se detuvieron en la de una niña en una manifestación contra la violencia preguntando que opinión nos merecía al respecto. La conclusión a la que llegaron fue que la imagen era lícita ya que en cualquier clase de manifestación está la voluntad expresa de exposición del sujeto, a esta conclusión les pregunté si era lo mismo si se tratara de la marcha del orgullo gay (iba a decir la de la legalización de la marihuana pero no consideraba generar tantas controversia), a lo que me respondieron que cualquier clase de manifestación se les puede sacar fotos a los niños...

Ante este disparador uno de los expositores menciona que hay que tener en cuenta tres factores:

1. Foto en sí
2. Si la foto es acompañada con algún texto alusivo (fuera de la toma en sí, o como un agregado por parte de quien edita la foto)
3. Foto y pie de página que sintetiza a la imagen

Se habló del programa "Escuelas Verdes"  (puede poner en google el nombre del programa e ir a las imágenes y se verá de qué se habla) donde presentaron el caso en el que a todos los chicos que asisten al colegio se les hace firmar a quienes están bajo su cuidado un consentimiento a la explotación de cualquier tipo de la imagen de los niños, donde se generó un debate interesante y cómo los profesionales de la fotografía conocían el "hilado fino".

Ante tal respuesta por parte de una defensoría y ante un auditorio que legitimaba este derecho a la imagen (con anterioridad se habló de las imágenes periodísticas y les hablé de las pautas de "buenas costumbres" ante el trato de las informaciones e imágenes de los niños, realizado por el AFSCA y Federico Dada, a quién tuve el gusto de conocerlo en un evento de periodismo e infancia en la Federación Argentina de Municipios), busqué la forma de hacerles entender sobre el nuevo código civil, la voz del niño, el abogado del niño y la "capacidad progresiva del niño" viendo que mis intervenciones no lograban ser lo bastante convincentes para el auditorio sentía que faltaba una figura legitimada que les hable al respecto...

Al retirarme sentí ese sinsabor que queda todo parece quedar en manos de la justicia, en donde el patrocinio letrado es para quienes conocen un sistema que en ciertos estratos sociales se desconoce por completo, dejando relegada una gran parte representativa de la infancia...

¡Cuanto que queda por recorrer por favor !

Y aún no hay un defensor que logre hacer visibles al conjunto de la sociedad con una legitimidad representativa estas circunstancias...